Autora: Ana Alcolea
(182 pp.) – Editorial ANAYA
La ágil lectura para saber quién era en realidad Esmeralda y qué le ocultaban todos, se precipitó aún más en las páginas finales con un giro inesperado que me hizo devorar el libro sin casi enterarme.
Tras las últimas, funestas y contrariadas vacaciones, los padres de Esmeralda la sorprenden con un viaje organizado para pasar el verano en un destino sorpresa. Ella no supo nada hasta el momento de embarcar en el aeropuerto: volaba a Génova para reecontrarse con sus tíos y primos a los que no veía desde hacía años.
Al llegar, todo comienza a ser extraño. Su tío no está y tampoco su primo Samuele que se ha ido a hacer un curso de inglés. Están en la casa sólo su tía Lisa, su primo Nico y ella. Entonces, entra en escena Francesco, un amigo de la familia, que se acerca a saludarla y es quien estará realmente con Esmeralda. Amable y cariñoso, la invita a pasear por el pueblo al tiempo que esmeralda trata de hacer memoria donde tantas lagunas le impiden reconstruir el pasado. Se encuentran con Dorotea, la sabia y bruja anciana y ésta se sorprende al verla y reconocer una cara muy parecida a la de una niña que en otro tiempo tanto quiso. Mas no podía ser ella, pues Esmeralda estaba muerta.
Dorotea, atesoraba todo el saber sobre plantas medicinales, ungüentos y remedios y además, había vivido el dolor de ser señalada desde niña por haber sido su padre un soldado alemán que tras la guerra no volvió jamás, hasta el punto en el que todo ese odio la fue comiendo por dentro. Sólo su amado Fabrizio y Esmeralda eran su consuelo. Pero la pequeña Esmeralda murió entre la rueda del molino al igual que la madre de Francesco que fue en su auxilio.
Aquel fatídico accidente llenó de dolor y truncó la vida de todos. La pequeña no pudo descansar en paz y ahora regresaba buscando la calma en su hermana gemela.
Y aquí llega el giro del que hablé al principio. Me reservo desvelar todo el misterioso pasado y cómo Esmeralda tomaba así el nombre de su fallecida hermana y su existencia cobraba sentido.
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