Hay saltos en el tiempo que parecen tan reales que apenas tienes la certeza de que no lo son pues todo el entorno te hace sentirte allí. Son viajes mágicos y éste fue uno de ellos.
El CASTRO DE SÃO LOURENÇO se localiza en el monte del mismo nombre, en la parroquia de Vila Chã, ayuntamiento de Esposende, distrito de Braga, Portugal.
A una altura de 200 metros sobre el nivel del mar, descansa en un asentamiento granítico que se extiende desde el Monte Faro hasta São Paio de Antas, en Esposende.
Desde él hay una excelente vista de la desembocadura del río Cávado y del litoral.
Agosto de 2019 estaba a punto de terminar y, en nuestra escapada por el Norte de Portugal, no queríamos dejar de visitarlo. Hacerlo superó con creces las expectativas que sobre él teníamos y en mi mente se dibujaban una y otra vez las páginas de la maravillosa colección de cómics OS BARBANZÓNS, por favor, leedla si queréis divertiros al tiempo que conocéis nuestro maravilloso e increíble pasado celta.
Una enorme explanada con muchas plazas para estacionar turismos, autobuses, autocaravanas... nos da la bienvenida con mesas, aseos y fuentes. Todo ello hace que sea un lugar muy agradable para visitar en familia.
Junto al aparcamiento, hay un anfiteatro reservado para escenificaciones al aire libre y un gran panel con las rutas de senderismo que recorren este maravilloso y mágico monte.
En CENTRO DE INTERPRETACIÓN se encuentra antes de la visita al castro, nosotros no pudimos verlo en esta ocasión pues los horarios resultaban incompatibles con los planes que teníamos.
El asentamiento está dividido en sectores y en cada uno de ellos, nos encontramos con un panel explicativo que recoge información cronológica y también sobre el tipo de construcción y su utilidad.
Es interesante ir leyéndolos y reparando en la maravillosa reconstrucción que hace posible que hoy podamos visitar las edificaciones tal cual eran hace más de 2000 años. Su origen se remonta a finales de la Edad de Bronce, permaneció habitado durande la Edad de Hierro, la romanización y fue reaprovechado durante la Edad Media.
¡Qué maravilla sentir tanta Historia entre sus piedras!
Y tras un maravilloso viaje hacia la Edad de Bronce, en lo alto del monte, una bonita y blanca capilla dedicada a San Lorenzo ofrece unas vistas maravillosas del asentamiento y de la costa.
Y como lo mejor del viaje es VIAJAR, este vídeo os hará adentraros en el pasado celta, sentir el susurro de los eucaliptos y el golpe de la piedra sobre el metal.
Ojalá os guste.
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