Autora Antonia Meroño
(204 pp.) – Editorial PLANETA 2018
Novela juvenil que me ha acercado a la posible realidad en un instituto y al pensamiento y reacciones de alumnos que están en su último año de Secundaria. Especialmente he conocido las sensaciones de su protagonista, Valentina.
Tras la trayectoria que estaba llevando, Valentina empieza 4º de la ESO en un nuevo instituto en el que su madre, Conchi, es la jefa de estudios. Se siente diferente a sus compañeros, tiene otros gustos y otro estilismo además de que, la separación de sus padres ha influido considerablemente en ella justo en esta edad muchas veces tan complicada.
Se hace amiga de Albertina, que también es diferente pues posee un don: es capaz de ver el interior de las personas. Avanza el curso y sus notas comienzan a mejorar, incluso participa junto a otros compañeros en la Olimpiada de Matemáticas, se enamora y es feliz.
Pero, su intuición y su deseo de averiguar la verdad, la sumirán en el caso de la desaparición de los hermanos de dos de sus compañeros. Desde este momento, la novela cobra interés y todo comienza a enredarse cuando entra en escena la profesora Aguirre y el pasado de esos dos alumnos que ya no están en el instituto.
Además, a todo ello se suma el ingrediente del hijo del profesor de inglés, Pepe, que con un diagnóstico que lo lleva a ser un alumno con necesidades especiales, el tema de la salud mental entra en juego al tiempo que ellos dos, Valentina y él, se enamoran.
Su insistencia y la amistad con Albertina, la llevarán a descubrir que el culpable del secuestro es Francisco, el nuevo conserje. Tiempo atrás y siendo compañeros, los dos jóvenes se habían burlado de él y este AÑO se convertía así en EL AÑO DE LA VENGANZA.
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