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La Noche de la Séptima Luna

Actualizado: 13 jun 2021


Autora: Victoria Holt

(369 pp) –PLANETA DE AGOSTINI, 2006

Mi segunda lectura de Victoria Holt y todavía mucho más feliz que al terminar la primera. He disfrutado enormemente esta bonita historia y el personaje de Helena Trant me ha conquistado. En ella he descubierto la fuerza que da la verdad, la certeza de lo vivido.

La Selva negra es uno de mis destinos pendientes. He leído sobre ella y he visto miles de imágenes. Recrear su misterio y belleza a través de las páginas de La Noche de la Séptima Luna ha sido como estar allí. La pluma de Victoria Holt se crea en los detalles y hasta he aprendido algunas palabras en alemán.

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Según una antigua leyenda de la Selva Negra, durante la fiesta en que se celebra la Noche de la Séptima Luna, Loken, el dios del mal, sale de su morada. Esa noche comienza para Helena Trant, una joven inglesa que visita la tierra natal de su madre, una trágica y misteriosa pesadilla que la perseguirá hasta su regreso a Inglaterra. La muchacha no cejará en su empeño por descubrir el enigma en que está envuelto su pasado, por terribles que sean los peligros que la acechan.

Era imposible no desearle. Los sentimientos fluyen y las pasiones se desbordan.

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Helena Trant es una joven inglesa nacida de madre alemana y precisamente por este su origen, estudia en un colegio de la Selva Negra. Un día, durante una excursión, la niebla hace que se pierda, alejándose poco a poco de las demás compañeras y no pudiendo encontrarlas de nuevo.

Es pues en esta primera parte de la novela -"Idilio en el bosque (1859-1860)"-cuando ocurre el hecho que determinará toda su vida. Hallándose perdida es rescatada por un interesante y elegante caballero montado a lomos de un caballo que la lleva a su pabellón de caza y se hace llamar Sigfrido. Allí, Helena se siente feliz y pasa la noche bajo el cuidado del ama de llaves (Hildegarde) que le aconseja cerrar la puerta de su dormitorio.

Confieso que aquí ya, comienza el suspense que estará latente a lo largo de las páginas y que irá in crescendo a medida que vamos de la mano de Helena. La atracción entre ambos puede más que la recomendación de la precavida Hildegarde y yacen juntos. A la mañana siguiente, Helena se despierta sola y es acompañada de regreso al colegio con una extraña sensación de no saber bien qué es lo que ha ocurrido.

Regresa a Inglaterra y fallecido su padre, sus tías se harán cargo de ella. Ocupa entonces sus días trabajando en la librería familiar. Es entonces que llega la visita de Ilse y Ernest. Ilse es prima de su madre. Ambos acuden a Inglaterra por temas médicos derivados del delicado estado de salud de Ernest. Y los dos le piden a Helena que regrese con ellos a Alemania y ayude a Ilse a cuidar a Ernest. Ella feliz acepta, podrá acercarse al lugar y a la hermosa historia fugaz vivida con Sigfrido. Se instalan pues en un encantador pueblecito: Lokenburg.

En plena celebración de la Noche de la Séptima Luna, Ilse le pide que no se separe de ella. Entre el gentío y el alboroto podría ser "apresada" por un hombre ya que, según la tradición local, durante esta fiesta, Loken el dios del mal, sale de su morada. Helena se deja ir y se siente en los brazos de un hombre que le resulta familiar y se la lleva al bosque. Allí, abrazándola le confesiesa no llamarse Sigfrido, sino Maximilian y le pide que se case con él, que la ama. Allí, en el pabellón de caza en que se habían visto la primera vez, se casan bajo el consentimiento de Ilse y Ernest. Son inmensamente felices durante unos días de ensueño, hasta que Maximiliam desaparece y ella despierta en casa de sus primos aturdida junto a un doctor que afirma que ha estado delirando durante seis días y que lo que cuenta de su boda y su amado no es real.

Toma entonces el libro un giro que precipita el argumento. Ella regresa a Inglaterra y estando un día en la librería, una mujer alemana (Frau Graben) entra y entablan una encantadora conversación. Vuelven a verse y ésta le pide que se vaya con ella a Alemania para ser la profesora de inglés de los hijos del conde Fréderic (Dagobert, Fritz y Liesel). Han pasado ya nueve años.

Helena en Alemania sigue teniendo presente lo ocurrido, a su mente regresa su historia de amor, su boda y el fallecimiento de su hija al nacer. Todo ello en una especie de nebulosa que nadie cree, pero de la que ella está segura.

Logra encontrar nuevamente a Maximilian y entonces todo se llena de luz. La vida no será fácil para ambos pues los celos desmesurados de Fréderic hacia Maximilian, las intrigas políticas que harán que éste sea príncipe tras la muerte de su padre y el hecho de estar casado en un matrimonio por interés con una princesa... van enredando la trama y manteniendo el misterio. Durante esta etapa nunca encontró a Ilse, hasta que ya casi al final vuelven a verse y es entonces cuando todo cobra sentido. Será ella la que le cuente la verdad sobre todas las mentiras y será también cuando le confiese que ella nunca ha querido hacerle daño. Todo formaba parte de un perfecto plan cuyo fin sería que, desesperada, se arrojase al vacío desde la Torre de los Gatos como ya muchas otras mujeres habían hecho.

Entretanto, logramos saber que Fritz, con quien desde el principio Helena había tenido una conexión especial, es realmente su hijo. El hijo de ella y Maximiliam. Todo, hasta este engaño, estaba tan meticulosamente planificado que podemos ir uniendo las piezas del puzzle poco a poco.

El amor gana la batalla.


" Y cuando echo la vista atrás me doy cuenta de que es verdad. He tenido mis temores y ansiedades, ha habido problemas entre nosotros y grandes dificultades que superar; Maximilian había conocido el poder y éste le había dejado una marca indeleble; había nacido para dominar y, en cambio, yo nací para ser dominada. Pero, fueran cuales fueran nuestras diferencias, sabíamos que éramos el uno para el otro, que no habría verdadera felicidad si no estábamos juntos(...)

(...) Ahora soy ya vieja pero aún puedo recordar el día terrorífico que pasé en la Isla de los Muertos, en el que contemplé la muerte cara a cara y comprendí lo preciosa que era la vida. Estoy entregada a los quehaceres de mi hogar (...)

(...) En Enero de este año murió la reina Victoria y hoy será la Noche de la Séptima Luna. Desde la unificación, hace ahora más de treinta años, la ceremonia ha dejado de celebrarse, aunque muchos la recuerdan y la relatan a sus hijos, y no se atreven a salir de noche por si el dios del Mal anda rondando.

¡Qué noche mas hermosa! ¡Con la luna llena en lo lato del cielo que hace palidecer las estrellas y derrama su luz tranquila por las montañas! Estaba contemplándola desde mi ventana, cuando vino Maximilian y se sentía mi lado. Tanto él como yo jamás olvidaremos la Noche de la Séptima Luna y seguiremos celebrándola mientras vivamos".




En la publicación sobre El ópalo negro podrás conocer la interesante biografía de la autora.



Antes de despedirme, os dejo también aquí la imagen de Instagram en la que aparecen las seis novelas que estos días disfruto, ojalá os gusten.

Si ya habéis leído alguna de ellas, con agrado leeré vuestros comentarios. Gracias por estar aquí bajo infinitas estrellas.



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