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Manantial de Sousas (Verín, Ourense)

Actualizado: hace 12 minutos

Manantial de Sousas. Bienestar y aires de otra época

Dos siglos atrás, concretamente en el año 1859, las aguas de Sousas fueron declaradas de utilidad pública. Pero la leyenda nos lleva mucho más atrás en el tiempo situando su descubrimiento en la época de las invasiones napoleónicas cuando un caballo enfermo del ejército francés, logró curarse tras beberlas.

Sus aguas emanan a una temperatura que oscila entre los 18º y 20º con un ligero aroma ácido y sulfuroso que hace que al entrar sientas una extraña sensación en el estómago. Al ser bicarbonatadas, sientan bien y no dudé en probar el agua tras esperar a que se enfriase un poco. Sus propiedades favorecen a la digestión; el flúor y el litio les conceden propiedades antisépticas y el magnesio, mejora el sistema nervioso. Siendo su grado de mineralización bajo, su consumo puede ser diario y su contenido en flúor las hace idóneas para niños incluso menores de siete años.


Interior de la fuente del manantial, abierta siempre al público.

Y así es como continúan estas aguas desde el año 1859 curando y regalando sus beneficios. Embotellada en una gran planta junto a la fuente que se conserva con el encanto de entonces, con su forma y sus bancos, con el color azul tan propio de la marca y los bonitos carteles de otro tiempo, otra vida.

"Al lado de la muralla del castillo de Chaves se erige una estatua ecuestre de Francisco da Silveira Pinto da Fonseca Teixeira (1763-1821). Para nuestros vecinos de Tras-ós-Montes, el general Silveira es un héroe que luchó en todas las guerras napoleónicas, resistió con una tropa menguada y maltrecha las sucesivas arremetidas del ejército francés sobre el río Támega, defendiendo el puente de Amarante e incluso participó en la defensa de Puebla de Sanabria. Sus hazañas le valieron el título de Conde de Amarante y numerosas condecoraciones, ente ellas la Medalla de las Siete Campañas.

Para los vecinos de Verín, el general Silveira debería de ser, igualmente, un héroe, pues fue él quien levantó la primera instalación balnearia en la villa. Lo hizo en 1815, en agradecimiento por la cura de una afección de las vías urinarias que lo venía martirizando más que los generales napoleónicos, probablemente cálculos renales que le provocaban una y otra vez cólicos de riñón. Silveira, que ya había sido nombrado primer conde de Amarante por el príncipe regente, había oído hablar de un manantial situado a un cuarto de legua (unos quince minutos a pie) de la villa de Verín, que obraba milagros en ese tipo de dolencias. Estaba a monte, sin ningún tipo de instalación, pero acuciado por el dolor, entre campaña y campaña, en 1810 se desplazó hasta Verín y una estancia lo suficientemente prolongada le curó definitivamente su dolencia. Como buen caballero portugués, mostró su agradecimiento construyendo a sus expensas un pequeño pabellón de bebida, con fuente de piedra, techo de teja y enrejado de hierro, saneando el entorno y facilitando su uso para posteriores dolientes.

Pronto comenzó a cobrar fama y a ganar usuario, hasta el punto de que el ayuntamiento de la villa levanta una instalación mejor en 1854, situando el manantial en una posición de uso más cómoda con dos caños por los que emergen las aguas minerales.

Cinco años después, llega su declaración de utilidad pública, hace ya 160 años. Este manantial entonces se conoce como la fuente de Verín o de Sousas. Lo primero por su emplazamiento geográfico y lo segundo por sus características químicas, que analiza Antonio Casares y cuyo trabajo sirve para la catalogación y declaración de utilidad pública que se aprueba el 30 de abril de 1859. Son aguas bicarbonatadas sódicas que emergen a una temperatura constante, todo el año, de 19 grados. Y según la descripción del doctor Casares, resultan muy útiles para el tratamiento y disolución de cálculos y piedras del riñón producidas por ácido úrico y ácido fosfórico.  El mal de la piedra está muy extendido entonces y poco a poco van ganando fama no solo en la provincia de Ourense, sino también en Portugal, el resto de Galicia y las vecinas de Zamora y León.

El balneario de Sousas cuenta a partir del año siguiente, 1860 de un médico que se ocupa de la prescripción de los tratamientos. El primero será Ramón Delgado, al que le seguirán, entre otros, Mariano Carrero de Ulloa, Manuel Fernández Salgado, Juan Fuentes Oterino, Mariano Diéguez Amoeiro, Felipe Isla y Gómez y Joaquín María Alexandre y Aparici."


Visita e imágenes tomadas el 6 de diciembre de 2024


 

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