Con más de un kilómetro de largo y quince de ancho, Samil es una de las playas más concurridas de las llamadas Rías Baixas y sin duda, la más famosa de Vigo, tanto por su proximidad como por la cantidad de servicios que ofrece.
Recorriendo su fina arena, la vista alcanza a contemplar la famosa isla Toralla, un paraíso no al alcance de todos los bolsillos y siempre un motivo de pugna y controversia con la Ley de Costas. Unida a la playa de O Vao y a la costa por un largo puente, esta isla mantiene su privilegio, tratándose de una zona de acceso restringido sólo a los vecinos.
La actividad en Samil es frecuente en cualquier época del año, a las enormes ventajas de un largo paseo junto al mar, hay que añadir: tres piscinas, canchas de baloncesto, una pista de patinaje, un grandísimo aparcamiento gratuito, restaurantes, cafeterías, supermercados y mesas para comer al aire libre casi a pie de playa.
Lo que te dejará sin palabras, será el regalo de una inolvidable puesta de sol uno de esos días en que ha lucido su brillo y el cielo está despejado, aguardando a que se oculte sobre la fina línea del mar... Es tan bonito el espectáculo de color que ojalá jamás nos lo perdiésemos, pues... nunca, nunca... uno es igual a otro.
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