Autor: Julio Verne
Ilustraciones de José López Fernán. Adaptación de Beatriz Castillo
(Fue publicada por primera vez en 1878)
(175 pp.) – Editorial BRUGUERA 1980
Adoro a Julio Verne, su fantasía consigue envolverme en cada una de sus novelas y en estos últimos años, siempre que me sumerjo en sus páginas, vuela mi recuerdo a Nantes, a su hogar. Y hasta casi puedo verlo escribiendo y adelantándose en el tiempo para crear y dar forma a tan fabulosas aventuras.
He de reconocer que no había leído de forma completa Un capitán de quince años hasta esta fantástica ocasión en la que he tenido el privilegio de hacerlo de la mano de una edición con muchos años y unas ilustraciones que me han hecho maravillarme todavía más.
En febrero de 1873 el bergantín goleta Pilgrim ponía proa hacia Nueva Zelanda. A la travesía se sumaron la esposa del armador (la señora Weldon), su hijo de cinco años, el primo Benedicto y la doncella. Junto a ellos, además de los doce marineros, completaba la tripulación un grumete de quince años.
Una mañana clara, avistaron un objeto flotando. Al acercarse vieron que era un navío, escucharon un perro y prontos se dispusieron a socorrerlo deseosos de que también en él quedasen supervivientes. Subieron con rapidez los cinco cuerpos de raza negra que sobrevivían a duras penas.
Fueron todo atenciones y cuando lograron reponerse, explicaron al capitán Hull "que habían sido contratados, en calidad de trabajadores, por un inglés que poseía una vasta explotación cerca de Melbourne." (Vid. pág. 23).
Continuaban la travesía y avistaron una ballena, decidieron apresarla y en en intento, un revés hizo que la embarcación naufragase y muriesen entre ellos, el capitán. Lo que hizo que, desde ese instante tuviese que ser el grumete Dick Sand con tan solo quince años, quien hiciese frente a todas las responsabilidades y al rumbo del Pilgrim.
Cuando por fin, tras muchas vicisitudes logran llegar a tierra, se encuentran con que no están en América, sino en África. Por desgracia estamos en la época de Livingstone, cuando África era aún un continente casi inexplorado, y los cazadores y tratantes de esclavos campaban a sus anchas. Se encontraron a un hombre, Harris, quien les dijo engañosamente que se hallaban en la costa boliviana y que les invitaba a su hacienda familiar en San Felipe. Durante el camino a pie, varias evidencias, como la de encontrarse con animales propios del continente africano, les hacen dudar, pero... ya era tarde Harris, compinchado con el cocinero portugués del Pilgrim llamado Negoro, habían ideado todo para quedarse con los marineros y pedir rescate por la mujer y el hijo del armador.
Mas, un giro insospechado, la audacia de Dick y la lealtad de Hércules, hacen que todo tenga un final feliz.
Esta novela es una de mis preferidas de Julio Verne hasta la feche, llena de intriga y con gran ritmo desde que Dick toma el mano, mantiene siempre en vilo.
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