Monasterio de Santa María de Mezonzo (Vilasantar, A Coruña)
- bajoinfinitasestrellas

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Un tanto peculiar la historia de este maravilloso monasterio que corona lo alto de un valle que se dibuja entre subidas y bajadas de verdes pastos y altos árboles. Los casi 60 km² del municipio de Vilasantar esconden tesoros y rincones de una belleza sublime. La proximidad a Betanzos, quizá te brinde la oportunidad de conocer estas tierras.

Según reza el panel informativo ante el monasterio: la iglesia de Santa María de Mezonzo data de la época visigoda. La primera mención documental de la misma es del siglo IX: en el año 870, Afonso III entrega la villa de Mezonzo al abad Reterico para que construya en ella un monasterio.
El religioso reúne entonces a eremitas de las zonas próximas formando un cenobio dúplice, es decir, sin separación de género, con quince hombres y dos mujeres ( 7 presbíteros, 8 diáconos y 2 devotas). Bajo el mandato de Reterico, el monasterio es donado al rey Afonso IV "El Monje".
En el año 958 se convierte en filial de la abadía de Sobrado dos Monxes, permaneciendo bajo su jurisdición durante toda la Edad Media hasta que, en tiempos de los Reyes Católicos, y ya con monjes del Císter, pasa a depender de San Martín Pinario.

"Perdidos desde el siglo XVII la práctica totalidad de equipamientos monásticos más allá de algún resto aislado y reaprovechado en la vecina casa rectoral, en la actualidad el interés de Santa María de Mezonzo se centra en su iglesia abacial, levantada a base de sillares graníticos perfectamente escuadrados que colaboran a conferir al conjunto un aspecto de gran armonía y proporción, siendo sin duda una de las construcciones más fotogénicas del románico gallego.
Prácticamente libre de reformas y aditamentos tardíos, presenta la iglesia una planta basilical de tres naves (la central más ancha y alta) de tres tramos cada una separadas entre sí mediante arcos formeros doblados y ligeramente apuntados que descansan sobre pilares cruciformes.
Sin crucero de por medio, las tres naves desembocan directamente en una cabecera conformada por tres ábsides semicirculares precedidos de tramos rectos y en los que llama la atención el hecho de que se encuentran a mayor altura que el pavimento de la nave, circunstancia que se explica por la irregularidad del solar sobre el que fue levantada la iglesia.
Los tres ábsides cubren mediante bóvedas de horno, mientras que los tramos rectos hacen lo propio a través de soluciones de cañón apuntado. El cuerpo de naves, sin embargo, presenta una cubierta de madera a dos aguas apoyada sobre fajones simples, aunque en la nave sur se aprecian restos de un primer ensayo o tentativa de abovedamientos pétreos que nunca llegaron a culminarse.

Al exterior lo más llamativo de la iglesia de Mezonzo es su cabecera de triple ábside en el que el tambor central, al igual que ocurre en las naves, es de mayor tamaño respecto a los laterales. Pese a las diferencias entre los ábsides, la sensación visual es de gran homogeneidad debido a la idéntica articulación de los tres tambores mediante paños separados por columnas entregas y la imposta horizontal ajedrezada que abraza todo el perímetro cabecero.
Amén del número de ventanas, la diferencia más reseñable entre el ábside central y los laterales radica en que, mientras estos rematan sus cornisas mediante canecillos, el central dispone un registro de arquillos ciegos bastante habituales en el románico gallego y que no deben confundirse con las fórmulas lombardas.
Otra de las señas de identidad de la iglesia de Mezonzo es el precioso rosetón abierto en el hastial oriental del templo, justo sobre el ábside central. Este rosetón, que por su tratamiento recuerda casi más a una celosía, presenta una sencilla pero ágil decoración geométrica a base de formas lobuladas caladas y concéntricas a través de los cuales se dota de iluminación al espacio interno de las naves.

Dispuesta entre dos potentes contrafuertes y bajo un sencillo ventanal horadado en el imafronte, la portada de poniente despliega tres arquivoltas de medio punto sobre esbeltas columnas culminadas con capiteles de estética más gótica a excepción de uno de ellos que parece ser fue reaprovechado.
Mucho más interesante es la portada sur, que probablemente en origen daba acceso a las dependencias claustrales hoy desaparecidas. Presenta doble arquivolta de medio punto sobre pares de columnas y capiteles vegetales homólogos a los de la cabecera, decorándose la chambrana externa con sencillas piñas, y la rosca interna con curiosísimos arquillos rehundidos de ligera herradura. El tímpano es liso y de dintel trilobulado." (https://www.arteguias.com/monasterio/santamariamezonzo.htm)
Además de la página arriba citada, dejo otro enlace con un monográfico que me ha encantado leer y en el que he disfrutado de imágenes de su interior que deseo ver algún día.
Como apunte de interés, este monasterio se encuentra en el CAMIÑO ESPIRITUAL DE SAN PEDRO DE MEZONZO, un recorrido tras sus huellas en los ayuntamientos de Vilasantar y Sobrado dos Monxes. Pronto publicaré más sobre él.
.Visita e imágenes tomadas el 15 de noviembre de 2025
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