Este maravilloso puente con sus siete arcos reposa sobre el río Meruelo y es paso obligado para los peregrinos que se dirigen a Santiago y para todos los que deseamos disfrutar de su inolvidable entorno al tiempo que nos adentramos en la calle principal de Molinaseca.
"Es un puente de sillería con siete bóvedas de luces, de las cuales las tres primeras, con arcos de medio punto pertenecen a un puente más antiguo y se encuentran semienterradas.
Los otros cuatro arcos poseen bóvedas de medio cañón y peraltadas -hoy modificadas-. Los pretiles son de mortero y el pavimento de cantos rodados. Se atribuye su origen a la época romana, como parte de la vía que seguía desde Ponferrada hasta Foncebadón, testimonio de la cual serían las tres bóvedas más antiguas."
Existen escritos que hablan de su existencia ya en los siglos XII y XIII. El puente que vemos hoy ha sufrido ampliaciones y modificaciones, siendo las más importantes las llevadas a cabo en el siglo XVIII y en el año 1980.
Sin duda, el puente peatonal añade un encanto supremo y completan la estampa la Iglesia de San Nicolás de Bari a un lado del río y el Santuario de las Angustias al otro. Pero, de ello me ocuparé en próximas publicaciones.
Ahora es tiempo de escuchar el agua a su paso por tan bonito pueblo.
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