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Yacimiento romano de Caldoval

Actualizado: 13 jun 2021

(Esta publicación cobra vida tras nuestra visita al yacimiento el 16 de febrero de 2019, por lo que las condiciones de la misma pueden ser otras diferentes hoy en día, bajo la realidad COVID)

En este centro encontramos los restos arqueológicos procedentes del yacimiento romano de Caldoval. Se trata de unos baños pertenecientes a una villa que estuvo habitada cinco siglos (desde el Id.C. al Vd.C.).

El conjunto de edificios estaba situado a la orilla del mar, en un lugar llamado Punta Promontorio, en la parroquia de San Vicente de Mehá, Mugardos.

Los restos fueron recuperados por Reganosa, empresa que también donó el edificio, levantado sobre terreno municipal, para contribuir así a la conservación del patrimonio cultural.

Con una construcción funcional que se difumina elegantemente con el entorno, fue inaugurado en el 2017. Recibe y organiza visitas guiadas, ofreciendo en el momento en que nosotros estuvimos talleres y otras actividades para familias y escolares en grupos de diferentes edades. Os dejo estas líneas tomadas de su página, aún a sabiendas de que las condiciones pueden ser distintas debido a la pandemia.

"A través de las visitas guiadas y los talleres para grupos y familias podrás descubrir cómo vivían y se cuidaban l@s habitantes de la Galicia romana. Conocerás cómo funcionaban los baños; cuál era el uso y características de cada una de las estancias del circuito termal; las vestimentas que llevaban los bañistas; qué hacían en sus momentos de ocio; los deportes que practicaban y sus reglas, los juegos de mesa y azar más populares, y muchas otras cosas interesantes adaptadas a cualquier edad y tipo de visitante".


Antes de entrar en el edificio, recorrimos los juegos que lo bordean, leyendo con atención las normas e indicaciones sobre los mismos.


































.... Y llegó por fin: el ansiado momento de entrar a ver el yacimiento.

Mientras bajábamos por la rampa en espiral descendente, mi mente viajaba al pasado y hasta olía el mar y escuchaba el trajín de las estancias, al tiempo que sentía el calor del horno calentando el agua. Los restos habían sido trasladados cuidando hasta el más mínimo detalle en lo que fueron años de excavaciones y estudio, para ahora ofrecer al visitante con sumo rigor, estos restos de un balneum romano.

"Una gran pasarela paraboloide rodea al yacimiento para poder contemplarlo desde varias alturas y perspectivas. Un juego de luces sincronizado con una proyección audiovisual de gran tamaño nos hace comprender las características y usos de las distintas estancias que podemos reconocer en el balneum de Caldoval. Además, una pintura mural de considerables dimensiones, en disposición panorámica, recrea la visión de la Ría de Ferrol en tiempos del Imperio Romano. La estampa tiene orientación real con respecto al yacimiento, recordándonos la vocación marítima de la Villa Romana de Caldoval, y recuperando la sensación de estar a pie de playa".

Este tipo de construcción romana era propiedad de un dominus acaudalado y suponía en muchos casos una segunda residencia en la que pasar agradables y descansadas estancias. En el caso concreto de las villae a mare, su vida giraba en torno al mar y los recursos que éste les ofrecía: salazón, elaboración de salsas (pienso ahora en el garum y su presencia tan destacable en la gastronomía y en los restos arqueológicos que se siguen descubriendo).



Interesante leer sobre las rutas marítimas de comercio de todos estos productos, la importancia de los puertos y las redes terrestres.

Atractivos paneles ilustran y reconstruyen dependencias de este villa, como es el caso de la cocina.

Y todo un juego de pistas y enigmas atrae sin lugar a dudas la atención de grandes y pequeños.

Una pantalla interactiva completa la información que tan bien ofrecen los paneles y nos lleva a sentirnos plenamente dentro del balneum. Estos baños que originariamente solían estar junto a la cocina para aprovechar el agua caliente, vivieron su consolidación y mayor consideración gracias a la invención del hypocaustum, un complejo sistema de calefacción que permitía que un horno externo calentase una cámara de aire subterránea que conducía a la perfección ese calor a lo largo de todas las estancias de la casa o la construcción. Esto permitió, por ejemplo, el disfrute de salas a diferente temperatura, como es el caso de las termas, según su proximidad o no a la fuente de calor.

Siempre tan preocupados por el aseo y el cuidado personal, los ciudadanos más ricos gozaban de un baño privado en su vivienda.


La esencia de los baños romanos se basa en la realización del llamado circuito termal, que consiste en ir transitando por habitaciones con diferentes temperaturas de manera gradual, sometiendo al cuerpo a baños de agua fría y de agua caliente de manera sucesiva.

La primera sala del circuito termal era el vestuario o apodyterium, en donde l@s bañistas se cambiaban las vestimentas y esperaban turno para entrar en las estancias calientes. En los baños privados el vestuario solía formar parte de las estancias frías, como es el caso de Caldoval, pero tampoco era extraño que estuviera ligeramente temperado mediante un hipocausto o con sencillos braseros.

El siguiente paso era entrar en la sala templada o tepidarium, normalmente a una temperatura cerca de los 30º, para aclimatar el cuerpo. Este podía ser también el lugar en el que l@s bañistas aplicaban sobre la piel ungüentos y aceites aromáticos. Después @ bañista pasaba a a sala caliente, denominada de manera genérica caldarium. Esta estancia era una auténtica sauna que podía alcanzar una temperatura de 55º y estaba destinada a abrir los poros de la piel y provocar la sudoración. Podía tratarse tanto de una sauna de calor seco (sudatorium) como de vapor (laconicum). Era habitual la existencia en el caldarium de una piscina o bañera de agua caliente, a unos 40º, para la realización de baños de inmersión. En Caldoval parece que debió estar situada en un pequeño espacio de 1,40 x 2m anexo a la parte norte.


La proyección, ya al final de la visita arroja, todavía si cabe: más luz al yacimiento. Una recreación fantástica que nos permite ver la reconstrucción de esta villa y su cercanía a un puerto que traía a visitantes llegados de la misma Roma.


El deseo de volver a visitarlo se hace tan presente mientras estas líneas escribo, que espero pronto poder cumplir el sueño.

Mientras ese instante llega, vuela mi imaginación a los primeros siglos, a esta villa y su entorno, al mar de Mugardos y la pervivencia romana siempre tan presente en mi alma.


(Y si quieres saber más sobre los romanos... visita: http://bajoinfinitasestrellas.blogspot.com -una de las pestañas que verás en la página de inicio junto a Instagram y YouTube. Pinchando en la etiqueta HERENCIA ROMANA, te esperan historias increíbles, viajes inolvidables, visitas llenas de Arte y... mucho más).


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