
El Santuário de Santa Luzia, también conocido como Basílica de Santa Luzia, es uno de los lugares que no puedes perderte si visitas Viana do Castelo (Portugal). Este templo monumental se alza sobre el monte que lleva su mismo nombre y tiene 228 metros de altura.
Se trata de un templo neobizantino del siglo XX. Destaca su tejado, decorado con pinturas, al que se accede desde el museo de la planta baja, primero por un ascensor y después por una estrecha escalera. Nosotros no subimos y eso hará que, si todo va bien, pronto volvamos pues hemos leído que merece la pena.

Desde el monte de Santa Luzia podrás contemplar unas vistas impresionantes sobre la costa y el valle del Lima. Para subir hasta él puedes utilizar el funicular que sale desde cerca de la estación de trenes (nos hacía ilusión, pero también quedará pendiente para cuando regresemos).

Otra forma de llegar, es hacerlo en coche (3,5 kilómetros), o a pie por un recorrido de unos 2 kilómetros con escalones.

Desde este lugar se divisa una importante extensión del valle del Lima y gran parte del litoral, al norte y al sur del estuario del río, así como la frondosa sierra.
Según he leído en varias páginas sobre viajes, la revista National Geographic consideró este paisaje como el tercero más bello del mundo. Aunque, he buscado y rebuscado, no he conseguido ese artículo... pero, estoy segura de que la belleza del lugar fue apreciada por el fotógrafo y los periodistas que allí acudieron.
VIANA DO CASTELO: HISTORIA Y SALITRE
Debe ser cosa del capricho turístico, pero Viana do Castelo a pesar de estar a menos de una hora de Oporto, es el tesoro más desconocido de Portugal. La cantidad de conventos, iglesias, palacios y plazas es como para tirarse todo el día caminando. Las vistas están en el Santuario de Santa Luzia, sobre la colina. Se llega usando un divertido elevador de más de cien años que anda como el primer día. Además de su centro histórico, Viana do Castelo tiene el encanto de las ciudades junto al mar que son cruzadas por un río. Precisamente, sobre el río Limia hay una joya de visita imprescindible: el puente metálico de Eiffel. (https://viajes.nationalgeographic.com.es/a/ciudades-para-escapada-diferente-a-portugal_14603/3 )

Se trata de un templo de estilo neobizantino, que bien recuerda al Sacré-Coeur de París. De hecho, también se le conoce con este tercer nombre: Templo do Sagrado Coração de Jesus. Su arquitecto, Miguel Ventura Terra, comenzó el proyecto en el año 1898 y fue en 1904 cuando se inició su construcción. Falleciendo en 1919, continuó la obra su discípulo Miguel Nogueira que lo terminaría en 1943, aunque ya desde 1926 en él se oficiaban cultos.

En su interior, se puede admirar la vista de la cúpula que representa el paisaje de la región, vidrieras de Ricardo Leone, frescos de Manuel Pereira da Silva, altares de Leopoldo de Almeida, Emídio Lima y Albin Lima, así como una escultura en bronce del Sagrado Corazón de Jesús de Aleixo Queirós Ribeiro.

Los rosetones adornados con vidrieras, son realmente espectaculares y se encuentran entre los más grandes de la Península Ibérica. Hay incluso quien afirma que son los más grandes.
La sensación una vez dentro es sorprendente: la luz que se filtra por los cristales baila en tonos llenos de color dotando de una luminosidad que, añadida a los celestes de la cúpula y el blanco de la piedra, conforman un conjunto de belleza limpia, de armonía y luz.

He tenido la fortuna de vivir estos destellos en otras construcciones y siempre me han llamado la atención. De hecho, cuando leo sobre Arte, nunca dejo de maravillarme al ver el cuidado con el que la Arquitectura trata la luz, cómo busca que sea protagonista y cómo se sirve de ella para crear ambientes y espacios realmente inolvidables y llenos de hermosura.

Con el deseo de volver pronto y esta vez, si es posible, visitarlo también desde el aire... deseo os haya gustado este MARAVILLOSO SANTUARIO.
(Visita e imágenes tomadas el 18 de mayo de 2019)
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